23 nov 2009

Cronica 21/11/09´. Rutón berbenero.

Si hago una reflexión y pienso qué fue lo más sobresaliente de la salida del sábado, sin duda, fue el almuerzo. No por su cantidad o por su calidad, el cual no estuvo nada mal, sino porque pagó el presi.....Y esto me hace dudar si el vaso hay que verlo medio lleno o medio vacío.


La salida, mas numerosa de lo que me esperaba, era una buena noticia, pues así tendríamos algo de lo que hablar en un camino tan largo como el de hoy (180kms). Con mando militar intentamos parecer un grupo que sabia hacer relevos hasta Agost, pero si nos miramos el ombligo, creo que hay mucho que mejorar, aunque no fue el espectáculo de otras salidas.


Con demasiada cautela llegamos a la primera hora y nos encontramos todavía en Agost...ufffff. De forma silenciosa, se nos une un ciclista de Monovar al grupo, para verse protegido del viento y continuamos viento en popa a toda vela mientras se rueda un poco mas vivo que antes. Los elegidos esta vez son Curro, Los Schleck, Mikipov, Harry, Jorge, Paquito, Víctor y yo. Salimos de Novelda camino a Monovar y la ruta se le atraganta a más de uno debido a que la cabeza la dirigen Elpresi y nuestro invitado por sorpresa.



Ritmo bueno, sin embargo, quizás por el efecto psicológico de la ruta de hoy, las voces claman mas tranquilidad y se comienzan a escuchar peticiones de todo tipo....quiero almorzar ya, que mi novia venga a por mi, yo me voy en tu coche..etc. Que fácil es dejarse sugestionar por el dolor, más cuando uno esta acompañado de más gente. Lo que no te mata, te hace mas fuerte y gracias a estos pequeños apretones, cada semana uno se va encontrando mejor y mejor. Lo mejor de todo es que el grupo no se diseccionó y continuo junto....bueno junto, junto hasta que llegamos a Monovar donde Currito saltó en marcha de su bicicleta para abordar un bareto con 4 bicicletas aparcadas en la puerta. Su gps falló y su tripa también. El almuerzo estaba establecido 18 kms mas allá, en Pinoso. Desde ese momento, nada más se supo del presi hasta bien llegado Pinoso. Fiesta, cerveza, carne a la brasa, vino, copa y puro.




Excesos que más de uno pagó nada más reiniciarse la marcha. Ahora la parte delantera del grupo era la que estaba decidida a darle marcha al cuerpo, y la parte trasera pasaba la resaca del almuerzo. Harry leía en su pulsometro el 16%, y no era de inclinación precisamente, sino de los grados de la botella de vino que se había bebido. Carretera perfecta y buenas sensaciones tanto físicas, como psíquicas al saber que más de uno estaba visitando por primera vez en bici aquellas tierras. Sin embargo, el miedo estaba presente, oculto, sembrando dudas a más de uno por si llegaría al final o el día de hoy se convertiría en una trampa mortal.

Mi impresión era que quienes lo estaban pasando peor, eran aquellos que mejor estaban. Querían mas, querían mas ritmo. En un día como el de hoy, con un puerto de montaña y además cortito, quitarse el veneno iba a ser mas difícil. El cuentakilómetros nunca satisfacía a Paquito, Víctor con su resfriado pasaba un poco más, pero Paquito quería más y más. La incesante voz del Curro, pidiendo cautela, protegiendo a sus poyuelos, le encendía por momentos…de repente, aparece Don Viento de cara camino a Villena y el silencio se adueña del grupo. No estaba programado. Todos acusamos el viento de cara, bueno, todos no; los que pasaban al relevo. Los maestros del escapismo consiguen lo que quieren cuando quieren, y son capaces de pasar desapercibidos durante muchos kilómetros. Ya pasamos de los 100kms, como decía Mikipov, la barrera psicológica ya quedó atrás. Es hora de repostar agua y de estirar las piernas. Avituallamiento rápido y de nuevo a las monturas para cruzar Villena y alcanzar, al mismo tiempo que se divisa, el fortín de Biar. Una recta interminable que te hace pensar cada 2 minutos que el puerto ya llegó. Unos veían el vaso medio vacío (madre mía, lo pasaré..), otros lo veíamos medio lleno. En mis favoritos, como siempre encabezaban la lista Paquito y Víctor, inalterables, pero me quedaba la duda de Harry y Mikipov. Éstos últimos, están demostrando que me la pueden jugar en cualquier momento. Y Biar que no llega, seguimos en la recta. Me conozco el puerto metro a metro por mi pasado motero; corto y no muy duro, aunque el grupo lo ve como una ascensión mas dura de lo que realmente es. Aconsejo que la gente se coma lo que le quede de suplementos en el bolsillo, mas tarde ya no tendrá sentido. Los cartuchos se van a disparar en breve. Agitación y preguntas constantes…¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cuánto?...en el mismo pueblo Mikipov saca la primera carta y marca un pequeño ritmo, distinto ya del que precede….empieza el show…habrá que verlas venir…todavía no tengo el titulo de director de orquesta. Para colmo, las obras nos desvían a una encerrona sin nombres, pero con números, que iba cantando Mikipov alegremente. 10%, 9%, 8%, 9%. Me cago en la leche, pero esto que es??? Es la guerra…los 4 magníficos tiran, sin control, y este descontrol es lo único que me puede salvar. Lo último que puedes perder es la serenidad. En ese momento, analizo, observo, intuyo. Estoy mejorando en la bici desde un punto de vista mental, mas que físico. La manzana tendrá que madurar y al final caerá, no todas, pero alguna caerá. La primera en caer es la manzana con vino; quizás Harry se mojó demasiado la tripa en el almuerzo y ahora estaba saliendo todo ese vapor de mosto adulterado. Mientras vigilo a Mikipov, Paquito y Víctor han marcado 10 metros de por medio, pero les dura poco. La paradiña, ya familiar de Mikipov, les hace parar y reagruparnos. Se perfectamente donde me encuentro, queda muy poco pero aun así, sin tiempo para preparar ni un huevo frito, Víctor se marcha con su puñetero plato, llevándose a Paquito detrás. Ninguno de los tres reaccionamos. Harry lo tenia claro, Mikipov dudaba y yo no. Meto plato y cambio el ritmo, seguro de que les voy a coger. Un favor que presté a Mikipov ya que se vino enganchado de mi cuerda (según posterior confesión). Víctor se levanta y acelera, cuando se sienta, tira Paquito, así uno y otro. Arrancada de caballo ya conocida de Mikipov y yo aguantando el chaparrón. Se divisa en plena curva a derecha el final de puerto y me invade la felicidad el mero hecho de estar allí, en pleno campo de batalla.

A estas alturas de temporada, el llano es fundamental, hay que saber trabajar el llano. Salir a pasear llaneando no sirve de nada, no mejoras, pero bien utilizado es muy buena herramienta de trabajo. Ahora….como mola la montaña¡¡¡¡¡

Reagrupamiento y que nos sirvan el postre, porque esto se está acabando. Bajada a Onil y dirección Castalla.

A partir de este momento, la salida toma un rumbo desconocido. Se producen fenómenos OVNIS; Curro abandona a sus cachorros, los que iban mal ahora van bien, los que van bien ahora van a cola de grupo, Harry le esprinta a su sombra, Víctor alcanza sus máximas cardiacas cercano a su casa, se rueda a 50km/h. Recuerdo perfectamente saliendo de San Vicente, recibir una llamada, coger el teléfono y tras 10 segundos y colgar, el horizonte vacío era mi compañero de ruta. Todo el mundo quería llegar a casa, claro que si. Llegar a casa y saborear un magnifico día en bicicleta. Inexplicablemente, mientras bajo de la bici ya pienso cual será la próxima ruta………

3 comentarios:

  1. Menudo pájaro estás hecho Raulito! Me vendiste el puerto de Biar como si aquello fuera el Veleta y yo dosificando y de repente me veo la señal... entre Miguel con sus paradiñas, Harry y sus jugarretas así no hay quien meta una minutada en condiciones!!! Sólo me puedo fiar del Padre Palomino que es un hombre Santo y respetuoso con los valores cristianos. Viva España y viva el Rey!!

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  2. Raul, eres mejor lanzador que Mario Scirea lanzando a Cipollini...que esperen esas dos putillas que nos pongamos en forma. Il giro is molto longo...

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